domingo, 27 de enero de 2019

Experimentos de memoria bioquímica

Experimentos de memoria bioquímica[editar]

En 1955, Thompson y James McConnell condicionaron planarias combinando una luz brillante con un choque eléctrico. Después de repetir esto varias veces, las planarias empezaron a reaccionar a la luz como si hubieran sido sometidas al choque. Thompson y McConnel descubrieron que si cortaban al gusano en dos y dejaban que ambas mitades se regenerasen, cada mitad desarrollaba la reacción luz-choque eléctrico. En 1962, McConnell repitió el experimento, pero en lugar de cortar los gusanos entrenados en dos, los cortó en pedazos pequeños y alimentó con ellos a otras planarias. Increíblemente, estas planarias aprendieron a asociar la luz brillante con un choque mucho más rápido que las planarias que no habían sido alimentadas con los gusanos entrenados.[cita requerida]
Con este experimento quisieron demostrar que la memoria quizá podría ser transferida químicamente. El experimento se repitió con ratones, peces y ratas, pero nunca se consiguieron los mismos resultados. La explicación sugerida fue que la memoria, más que ser transferida a otros animales, serían las hormonas en los animales ingeridos los que cambiaban su comportamiento. McConnell creía que esto era evidencia de una base química para la memoria, la cual el identificó como memoria RNA. Los resultados de McConnell son ahora atribuidos a una perspectiva errónea. No se reprodujeron estos resultados en posteriores experimentos.[cita requerida]

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